¿Ha pensado alguna vez en vivir en Myanmar? Sabemos que la idea puede ser controvertida. Sin embargo, como en cualquier otra parte del mundo, en este país del sudeste asiático se encuentran ventajas y desventajas que hay que considerar sin prejuicios. Antes de describir algunos datos de ambas partes, hay que saber que la población del país ronda los 55 millones de habitantes y que la capital es Nay Pyi Taw desde 2005.

Una de las preocupaciones de quienes viajan o deciden vivir en el país es la contaminación y el acceso al agua potable, agravado por las frecuentes inundaciones en algunas partes del país. Para evitar enfermedades como la diarrea, hierve siempre el agua potable o compra agua embotellada.

La mejor manera de aliviar la crisis sanitaria en el este de Myanmar -donde los indicadores clave son comparables a los de Somalia- es aumentar el apoyo a los sistemas sanitarios comunitarios, muchos de los cuales llevan décadas en guerra con el gobierno central.

Esta es una de las principales recomendaciones de una encuesta realizada a 6.620 hogares por el Grupo de Trabajo del Sistema de Información Sanitaria (HISWG), una red de médicos y otros profesionales de la salud. El estudio reveló que las enfermedades prevenibles, como la diarrea, las infecciones respiratorias agudas y el paludismo, contribuyen a que las tasas de mortalidad infantil y juvenil sean el doble de las registradas a nivel nacional.

En 2010, Myanmar inició un proceso de reforma política y negoció acuerdos de alto el fuego con 14 de los 16 grupos étnicos armados que llevaban décadas luchando contra el gobierno.

Las organizaciones locales que surgieron en el este del país durante décadas de conflicto étnico han suplido las carencias de los programas sanitarios del gobierno y prestan regularmente asistencia sanitaria básica a unas 500.000 personas. El 70% de los encuestados declaró haber recibido tratamiento en estos centros locales el año anterior; sólo el 8% declaró haber acudido a centros gubernamentales.

Estadísticas sobre la asistencia sanitaria en Myanmar

1. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Myanmar es uno de los 57 países del mundo con una escasez aguda de personal sanitario, definida como la existencia de menos de 23 trabajadores sanitarios por cada 10.000 habitantes, el mínimo necesario para alcanzar el 80% de cobertura de natalidad y vacunación contra el sarampión.

2. Según la Organización Mundial de la Salud, la mitad de la población mundial vive en zonas rurales, pero menos del 38% de las enfermeras y menos del 25% de los médicos trabajan en estas zonas.

3 Por ejemplo, en las zonas rurales de Myanmar, donde vive el 70% de los 58 millones de habitantes del país, la mayoría de los pueblos carecen de servicios sanitarios básicos. Los pacientes tardan horas en llegar a los hospitales o a las clínicas situadas sólo en las zonas urbanas; en las zonas montañosas pueden tardar casi un día entero.

4. Según un informe del Ministerio de Sanidad de 2010, hay 1.504 centros de salud rurales en el país, que cubren más de 65.000 pueblos.

En un intento de llenar el vacío, una docena de ONG internacionales ofrecen atención médica gratuita, pero la demanda supera con creces su capacidad, según una ONG.

Botiquín de primeros auxilios

Lleve los medicamentos en su envase original para facilitar su identificación.

Llevar una carta firmada y fechada por un médico de cabecera en la que se describa el estado físico del viajero y los medicamentos que está tomando, con un nombre genérico.

Si tiene problemas de corazón, haga una copia del electrocardiograma realizado inmediatamente antes de su viaje.

Lleve una dosis extra de cualquier medicamento que tome regularmente, en caso de pérdida o robo.

Contrata un seguro de viaje.

Medicina tradicional

Los sistemas de medicina tradicional son bastante comunes en Myanmar. Deben evitarse los remedios caseros, ya que suelen ser poco fiables y pueden provocar complicaciones. En cambio, los sistemas curativos tradicionales, como la medicina china, son respetados y algunos médicos occidentales han empezado a utilizar algunas de estas prácticas.

Todos los sistemas médicos tradicionales asiáticos hablan de la fuerza vital. Para restablecer la estabilidad de esta fuerza se utilizan técnicas como el masaje, la acupuntura o los remedios herbales. Estos tratamientos ayudan a combatir la fatiga crónica, la artritis, el síndrome del intestino irritable, los problemas de la piel y otras afecciones crónicas. La medicina popular no debe utilizarse para infecciones agudas como la malaria.

Lo natural no siempre significa lo saludable, y puede haber interacciones entre los remedios a base de hierbas y los medicamentos occidentales. Si se utilizan ambos sistemas, los dos médicos deben conocer lo que el otro ha prescrito.

Antes y durante el viaje, se recomienda consultar con el Ministerio de Asuntos Exteriores del país del viajero cualquier información relativa a la seguridad, la salud y los trámites administrativos, como los visados, etc.